Comentario del San Marcos 1:14-20
Si el evangelio es el contenido de la proclamación cristiana, la buena nueva de la liberación para la humanidad por Dios a través de Jesús, el evangelio según Marcos es la primera narración llegada hasta nosotros/as de dicho contenido. Combet-Galand afirma:
El relato empieza con la palabra euangeliou en su doble significado de comienzo: comienza el anuncio feliz, como una voz viva, y comienza también al acto de escritura que lo recibe y lo vierte en la forma de un relato de vida. La primera frase precisa también que el evangelio es el “de Jesucristo” y, según algunos manuscritos fiables, “Hijo de Dios.”1
La primera parte del evangelio de Marcos, comprendida del 1:16-8:38, se desarrolla en Galilea. Se inicia con la llamada de Jesús a los primeros discípulos (1:16-20). Nuestro texto abarca los vv. 14-15, que forman parte del prólogo, y los vv. 16-20. La segunda parte del evangelio abarca los últimos siete capítulos, el camino hacia Jerusalén, que incluye los tres anuncios de la pasión (Marcos 8:27–10:45), y usualmente se ha considerado el punto de partida sobre lo que significa seguir a Jesús.
Mercedes Navarro señala dos elementos importantes para tener en cuenta en la comprensión de nuestro pasaje. Uno tiene que ver con el ritmo de la narración, señalando que del 1:1 hasta el capítulo 13, el ritmo es rápido y urgente.2 El otro aspecto tiene que ver con el marco general que provee Marcos, en cuanto al camino o viaje de un punto a otro, y el ambiente de conflicto que se palpa en el evangelio. Navarro dice: “Estrictamente hablando, la trama conflictiva del evangelio se desarrolla desde que Jesús hace su proclama en el 1:15 hasta su muerte en la cruz en 15:39.”3 El v. 15 presenta programáticamente la esencia de la predicación y actuar de Jesús.
Comentario
1:14-15 abre una nueva parte que llega hasta 3:6. Según Taylor, al 1:14s sigue una narración aislada, la vocación de los primeros discípulos (1:16-20); después, un grupo de narraciones íntimamente unidas, que describen un día del ministerio de Jesús (1:21-39). A este grupo se ha unido la narración de la curación del leproso (1:40-45), seguida de un segundo grupo de apotegmas sueltos (2:1-3:6), que manifiesta cómo llegó Jesús a una confrontación con los escribas y fariseos, y que tiene su punto culminante en 3:6 con el complot para darle muerte.4
Otros comentaristas extienden esta nueva parte hasta el 4:1, porque conecta desde el texto puente (1:14-15) hacia delante, destacando el mar como una señal de unión y separación de secciones. En esta parte suceden muchas cosas con enorme rapidez. Este es el criterio para hacer el corte en el 4:1. Ambas consideraciones ponen de relieve los criterios o claves de los eventos que ocurren rápidamente y el motivo del conflicto con Jesús.
La detención de Juan, que culminará con su violenta muerte capítulos después, da lugar a la proclama de Jesús: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepentíos y creed en el evangelio!” (v. 15). Marcos tiene razón al ver el arresto de Juan como el momento decisivo en que comienza el ministerio de Jesús. Mateo va más allá de su fuente cuando afirma: “Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea” (Mt 4:12).
El v. 15 resume todo el mensaje de Jesús y es central en su enseñanza. La expresión hē basileia tou Theou (el reino de Dios) aparece en boca de Jesús en Marcos en otras doce ocasiones (4:11.26.30; 9:1.47; 10:14-15.23-25; 12:34; 14:25) y una vez en la narrativa (15:43). Una pista importante sobre el significado de esta expresión en Marcos puede deducirse del hecho de que hay una alusión a Isaías 52:7. Concuerdo con Watts Henderson5 en que los discípulos de Jesús no lograron entender su identidad mesiánica y la naturaleza apocalíptica de su mesianismo ni qué implicaba para su participación en el reinado venidero de Dios. Jesús y quienes le siguen tienen la misión de anunciar y mostrar ese reino venidero de Dios. Mc 1:1–15 prepara el escenario para presentar la identidad de Jesús (1:1.7.11), que es descrita como presagio de una nueva era apocalíptica, y nos introduce en los roles previstos para los/as seguidores/as en ese horizonte del reino de Dios.
1:16-18: Esta es la primera escena de llamamiento de discípulos, que es paralela a los vv. 19-20. Jesús camina cerca del mar de Galilea y se encuentra con pescadores echando las redes a la orilla del mar. Llama la atención el hecho de que el relato se presente desde el punto de vista de los pescadores que ven pasar a Jesús. Gracias al narrador conocemos sus nombres y su parentesco, seguido por la invitación a “venid en pos de mí”6 para hacerles “pescadores de hombres.”7 El seguimiento en este relato nos brinda un retrato del discipulado, y la función del primer capítulo es definir los roles básicos para el resto de la historia en Marcos.8 El discipulado implica la permanencia con Jesús y la participación en su misión. La llamada para Andrés y Simón (a quien menciona muchas veces Marcos; más que Lucas y Mateo), es para que se hagan discípulos y predicadores del reino de Dios, a lo que ellos responden rápidamente, abandonando las redes.
1:19-20: “Pasando de allí un poco más adelante” Jesús encontrará a Santiago y a Juan. Santiago era probablemente el primogénito de Zebedeo, y uno de los doce que llegaron a pertenecer al círculo más íntimo; estuvo presente en la resurrección de la hija de Jairo, en la transfiguración, en el Monte de los Olivos y en la pasión, y tenía el deseo, juntamente con Juan, de ser el primero cuando llegase la parusía (10:35). Juan es referido también como hijo de Zebedeo, y lo encontramos en 9:38 en el relato del exorcismo. Ambos están arreglando redes y lo más probable es que estén doblándolas para tenerlas preparadas. Jesús les llama (aquí la fórmula utilizada en el v. 17 no está explícita) y ellos dejan a su padre en la barca con los jornaleros y siguen a Jesús inmediatamente.
A estas dos narraciones de llamado (vv. 16-18 y vv. 19-20), habría que añadir una tercera, la vocación de Leví en 2:14.
Vamos, venid; ¡el reinado de Dios se acerca!
Después de su primer pronunciamiento público (vv. 14-15), Jesús llama primero a Simón y Andrés y luego a Santiago y Juan, y los hace partícipes en su ministerio (vv. 16-20). Henderson, citando a Guelich, dice algo clave: “Los discípulos no sólo acompañarán Jesús, sino que él les permitirá compartir su ministerio y eventualmente continuarlo. Marcos, los coloca con Jesús ‘desde el principio’ como testigos y participantes de su ministerio.”
El llamamiento a los pescadores no debe excluir el seguimiento y discipulado de las mujeres en Marcos, que aparece hasta en el final (15:40-41). Aunque el término “discípulo” aparezca en masculino plural, la presencia de mujeres siguiendo a Jesús, así como otras personas que no son el círculo de los doce, nos muestran un camino abierto para seguir avanzando en la proclamación del reinado de Dios, aún en medio de los conflictos producto del reinado del mal, la codicia, la exclusión y discriminación, y la búsqueda incesante del poder para dominar a otras, otros y a la creación misma.
Jesús anunció la venida escatológica del reino de Dios, “el tiempo se ha cumplido” que puede relacionarse con una manifestación de Dios, antes del fin. Como con otros anuncios proféticos, sólo fue posible saber más tarde qué resultados siguieron al mensaje. Otras referencias al reino de Dios en Marcos están estrechamente asociadas a la venida del reino de Dios en la persona del mismo Jesús. Desde esta perspectiva, somos interpelados/as cotidianamente al ¡Vamos, venid! en una dinámica que hace del llamamiento y del seguimiento una aventura que se abre a lo inesperado, y que aprende a discernir con sabiduría.
Es de mucha pertinencia algo que dice Watts Henderson: este relato de Marcos resalta una viva motivación pastoral para la comunidad de fe, sobre todo cuando se contrasta con los otros sinópticos (Mt 4:18-22; Lucas 5:1-11). El llamado a los discípulos aparece desde el principio. Nos comunica a nosotros/as hoy que, como el discipulado y el anuncio del reino de Dios han estado con Jesús desde el principio, no podemos renunciar a ellos.
Notas:
- Corina Combet-Galand, “El Evangelio según Marcos,” en Daniel Marguerat (ed.), Introducción al Nuevo Testamento: su historia, su teología, su escritura (Bilbao: Desclée de Brouwer, 2008), 35.
- Un ritmo más lento (relato de la pasión, marcando día a día: 14:1-12); un ritmo muy lento (crucifixión y muerte, cronología por horas: 15:1.25.33-34.42).
- Mercedes Navarro Puerto, Marcos (Navarra: EVD, 2022), 15.
- Vincent Taylor, El Evangelio según San Marcos (Madrid: Cristiandad, 1980), 124.
- Suzanne Watts Henderson, Christology and Discipleship in the Gospel of Mark, Society for New Testament Studies Monograph Series 135 (New York: Cambridge University Press, 2006).
- La traducción de Senén Vidal es muy ilustrativa: “seguirle detrás.”
- Esta metáfora se usa también en Jer 16:16 aunque tiene un sentido punitivo. Cabe agregar que Elsa Támez la traduce, más apropiadamente, como “pescadores de personas.”
- Sigo la reflexión de Suzanne Watts Henderson, que presenta un interesante estudio sobre nuestro texto y Mc 3:13-15.
January 21, 2024