Lectionary Commentaries for December 24, 2024
La víspera de Navidad: Natividad de Nuestro Señor

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Evangelio

Comentario del San Lucas 2:1-14, (15-20)

Pablo Manuel Ferrer

A veces pienso que hemos leído tantas veces algunos relatos de los evangelios que los hemos normalizado. La lectura repetida de los mismos nos ha llevado a vaciarlos de poder transformador. Nos hemos olvidado de leerlos con asombro, con espanto, con preguntas, con la fuerza de lo inesperado. Hemos dado el carácter de normal a narraciones extraordinarias que dejaron de sorprendernos. Y algo así, sospecho, nos podría suceder con los relatos de Navidad.

Veamos. Hemos normalizado que los ángeles se aparecen a pastores. Pero… ¿por qué? ¿Cuál es el motivo por el cual es a este grupo y no a otros a quienes se aparecen los ángeles? ¿Qué quiere remarcar Lucas con este recorte de anuncios? Recorte que incluye el anuncio anterior a María. Anuncio que, probablemente, también hemos normalizado.

Luego de María, decíamos, se anuncia el nacimiento a estos pastores en el capítulo 2. Y es aquí donde resuenan preguntas: ¿No podría haber contado cómo fue el anuncio a los carpinteros? ¿A las lavanderas? ¿A los pescadores? Ahora que lo pienso… ¿No avisó nada del nacimiento a los pescadores que luego seguirían a Jesús? ¿Para los cobradores de impuestos no hubo anuncio?

Acá, posiblemente, nos encontramos con el objetivo de Lucas de salir de lo esperado. Lucas nos va a asombrar constantemente con este ejercicio de salir de lo esperado. Y esta estrategia la repite constantemente en su evangelio y en el libro de Hechos de los Apóstoles.

Pero, ¿qué sería esto de “salir de lo esperado”?

En la teología del Evangelio de Lucas, este camino de salir de lo esperado es una estrategia de resistencia en la fe.

Lucas es un historiador. Escribe casi al mismo tiempo que Flavio Josefo. De hecho, muchos estamos seguros de que lo leyó. Ambos historiadores, Lucas y Flavio Josefo, buscarán reescribir la historia como una resistencia a la acción destructora del Imperio Romano. Flavio Josefo basará esta resistencia en la demostración de una mayor antigüedad del pueblo hebreo en relación con el romano. El pueblo romano aprendió del hebreo, sugerirá Flavio Josefo. Lucas, en cambio, tendrá otras estrategias discursivas. En cada una de ellas, Lucas resaltará lo inesperado. Mencionemos algunas de ellas:

  • Lo esperado del poder y lo inesperado de los no poderosos
  • Los oficios visibilizados
  • Las mujeres actuando
  • Lo cotidiano rescatado
  1. Qué esperar de los poderosos y qué esperar de los no poderosos.

Esto era algo central para las preguntas que recorrían el mundo del primer siglo de la era cristiana. Y se verán respuestas diversas en el canon neotestamentario. Estas respuestas, en Lucas, focalizarán en reconocer que el poder tiene un límite y unas acciones acotadas. Sin duda, son acciones que muchas veces provocan inquietud, dolor, desalojos, hambre en el pueblo. Así comienza nuestro texto, marcando las acciones de Augusto César y sus consecuencias sobre el pueblo. Y de ese pueblo, focaliza en la pareja José-María, una mujer embarazada que se ve forzada a parir en un establo por una orden imperial.

Pero en nuestro mismo texto se nos abre un relato sobre unos ignotos pastores, sin nombres, sin otro título más que pastores. Es a ellos a quienes los ángeles les anuncian el nacimiento. Y son ellos quienes comenzarán a distribuir esa información. En estos personajes no poderosos aparecen acciones que terminan maravillando a quienes los escuchan.

En cierta forma, Lucas destacará la fuerza transformadora de la gente sencilla. Y esta fuerza proviene de la elección de Dios por esta gente sencilla. Esas acciones aparecen en el relato y en la convicción de fe de Lucas como hechos inesperados, aleatorios. Al menos para nuestra comprensión, claro.

  1. Los oficios se visibilizan.

En la obra lucana suelen destacarse mucho los oficios. En el libro de Hechos esto es notorio, aunque también lo es en la primera parte de la obra lucana, su evangelio. Por esto es que queremos prestar atención a uno de los oficios aquí nombrados: los pastores.

Subrayaremos de este oficio dos particularidades: no es un oficio urbano, y no es un oficio muy bien calificado. En cuanto a lo primero, Lucas es un escrito urbano pero crítico de la cultura urbana tan arraigada en la época imperial (¡no nos olvidemos de la diosa Roma!). Si bien Lucas podría haber contado del encuentro de ángeles con artesanos (oficio propio de las ciudades), prefiere señalar el encuentro con una profesión rural: los pastores. Lucas está sacando de la ciudad el anuncio del nacimiento del Mesías. Y esto, en una cultura imperial que sobrevaloraba lo urbano y despreciaba lo rural, era todo un acto de resistencia.

En cuanto a lo segundo, recordemos que los pastores eran considerados peligrosos, o sospechosos. Andaban en la noche, no tenían “cultura,” y en algunos casos se los había asociado con tumultos. De modo que la mención de este grupo no deja de ser sorprendente. Después de todo, Lucas será el evangelio donde se cuentan tres parábolas en el capítulo 15 en relación con los pecadores que se convierten. Lucas es un evangelio que es provocador en el sentido de generar una incomodidad en la estabilidad de los estratos sociales fijos y sin búsquedas de cambio.

  1. Las mujeres.

Si bien todos los evangelios dan un lugar central a las mujeres, Lucas tiene algunas particularidades al mencionarlas. En el caso de nuestro texto, podemos decir que María, si bien no dice palabras, tiene dos acciones que podemos considerar. En primer lugar, claro, el dar a luz en un contexto de tremenda precariedad. Eso no es algo menor. Es una forma de resistencia si se quiere. Quienes habitamos países donde las mujeres humildes están en constantes peligros a la hora de transitar un embarazo (por las innumerables situaciones de precariedad del sistema de salud), reconocemos en esto un acto de valentía. Y en segundo lugar se encuentra la acción de María de guardar en el corazón lo que está sucediendo. No es esto algo pequeño. Lucas utilizará, en otras ocasiones, menciones de personajes que incorporan conocimientos (el hijo pródigo cuando relee la situación del lugar en el que vive y la casa de su padre, por ejemplo) para luego producir cambios. En esto, Lucas puede estar remarcando que la reflexión de María puede ser un primer paso para luego transformarse en acción.

  1. Lo cotidiano.

Este último punto en cierta forma resume todo lo anterior. Lo nuevo está naciendo en la vida cotidiana. Y no queremos con esto asumir la posición tan extendida de remarcar lo cotidiano para desmarcar lo sociopolítico. Lucas no hará esto. Pondrá constantemente en contraste las acciones de una y otra esfera. Una interrelación que produce cambios, denuncias y esperanzas para quienes más sufren.

Lucas llevará a lo largo de todo su evangelio esta postura de visibilizar las vidas cotidianas. Si bien reconocemos que esto es una característica del género literario “evangelio,” en Lucas repetimos que se entrelaza con las situaciones sociopolíticas. Podemos ver esto a modo de ejemplo en cómo Lucas narra la parábola de las minas (Lc 19:11–27) como texto paralelo a Mateo y su parábola de los talentos (Mt 25:14–30). En Lucas, es notoria la inserción de la realidad sociopolítica en la parábola y la reflexión sobre el efecto de las decisiones imperiales en las vidas cotidianas.

Nuestros tiempos, esperanza en lo inesperado

Hoy vivimos tiempos de descreimiento. Descreimiento de líderes políticos, religiosos, comunitarios. Descreimiento de la ciencia, de la medicina, de la información, etc. Y, si bien esto puede ser saludable para no dejarnos engañar, se torna en un ambiente de incredulidad generalizada que conduce rápidamente a la resignación. En estos tiempos aparecen líderes que supuestamente son novedosos y sin embargo siguen perteneciendo a los grupos de poder económico.

Este relato del evangelio, en Nochebuena, nos invita a sorprendernos por lo impensado de la fe, de la resistencia, del volver a creer. Aparece en donde menos lo esperábamos, en lugares sencillos, sin poder.

Son tiempos para aprender a esperar, aprender a sorprendernos y reconstruir la fe desde lugares donde no controle el imperio. Esperar lo inesperado que vuelve a nacer.